La industria farmacéutica es un sector altamente dinámico obligado a enfrentar transformaciones estructurales y cambios culturales que se han acelerado en los tiempos que corren.
Poder consolidar un crecimiento armónico se constituye así en un imperativo que solamente puede llevarse a cabo con el concurso de profesionales formados en un conjunto de conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar en plenitud su potencial para el logro de estos objetivos, siendo la adaptación a los cambios una de las competencias más valoradas a la hora de elegir colaboradores y liderar esta transformación.